Page 176 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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que gruñían al mascar las bellotas;


                 porque estaban maduras y caían rápido.


                 Luego se fueron, porque el viento aumentó:


                 una bellota dejaron, y ninguna más había.


                 Luego llegó un Cuervo, al que no le gustaban


                 esas cosas:


                 pertenecía, decían, ¡a la bruja Melancolía!


                 Más negro era que el azabache más oscuro,


                 volaba bajo en la lluvia, y sus plumas no mojaba.


                 Cogió la bellota y la enterró


                 al lado de un profundo río grande.


                 ¿Adonde fue luego el Cuervo?


                 Fue alto y bajo. Sobre colinas, sobre valles,


                 fue el Cuervo negro.


                 Muchos otoños, muchas primaveras


                 voló con sus alas viajeras:


                 Muchos veranos, muchos inviernos...


                 No puedo contar ni la mitad de sus


                 aventuras. Con el tiempo volvió, y con él


                 Ella y la bellota se había convertido en un


                 alto roble. Hicieron un nido en la rama


                 más alta, y tuvieron hijos, y fueron felices.


                 Pero pronto llegó un Leñador vestido de


                 cuero, su frente, como un alero, colgaba


                 sobre sus ojos.





                 Tenía un hacha en la mano, ni una


                 palabra dijo, ¡Pero con muchos


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