Page 172 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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de un gwa.Uo. El bambú era mejor, y no mucho


               más  difícil  de  programar,  si  tenías  un  poco  de


               imaginación.  Una  vez  realizado  el  salto


               conceptual, no pasó mucho tiempo antes de tener


               la  idea  de  vender  anuncios  en  aquellas malditas


               cosas,  ya  que  los  mangos  de  los  palillos  y  la


               escritura  en  columna  de  los  chinos  encajaban


               juntos de maravilla. Pronto presentó la idea a sus


               superiores: palillos de bambú eminentemente ami‐


               gables  con  el  usuario  con  mensajes  publicitarios


               coloristas  moviéndose  continuamente  por  el


               mango en tiempo real, como los titulares en Times


               Square.  Por  eso  Hackworth  fue  ascendido  a


               Bespoke  y  trasladado  a  través  del  Pacífico  hasta


               Atlantis/Shanghai.





                   Ahora veía esos palillos por todas partes. A los


               Lores Accionistas la idea les había reportado miles


               de millones; para Hackworth otra semana de paga.


               Ésa era allí la diferencia entre clases.





                   No le iba mal, comparado con otra gente en el


              mundo,  pero  aun  así  le  molestaba.  Quería  más


              para  Piona.  Quería  que  Piona  creciese  con  algo


              suyo.  Y  no  sólo  unos  peniques  invertidos  en


              acciones  normales,  sino  una  posición  importante


              en una gran compañía.






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