Page 177 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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carraspeos! Y un golpe seguro, con el
tiempo derribó el roble del pobre
Cuervo. Sus hijos murieron, al no poder
volar, y la madre murió con el corazón
roto.
Las ramas del tronco el Leñador cortó;
y lo hicieron flotar por el curso de un río.
Lo cortaron en tablas, y la corteza arrancaron,
y con ese árbol y otro fabricaron un buen barco.
El barco, lo botaron; pero cerca de tierra
se levantó una tormenta que ningún barco
aguantaría.
Chocó con una roca, y las olas lo cubrieron;
sobre él volaba el Cuervo, y graznó en el choque.
Oyó el último grito de las almas agonizantes...
¡Mira! ¡Mira! ¡Sobre el palo mayor pasan las
aguas!
Muy contento estaba el Cuervo, y se alejó, y
la Muerte cabalgando a casa en una nube
encontró, y le dio las gracias una y otra vez
por el festín:
Ellos le habían robado los suyos, y ¡LA
VENGANZA ERA DULCE!
Señor Hackworth:
Espero que el poema anterior haya iluminado
las ideas que esbocé durante nuestro encuentro
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