Page 62 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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Hacía mucho desde que alguien había expresado
una preocupación tan sincera por los deseos de
Bud, y en cierta forma le gustaba. Comprendió que
aquella gente creía que les estaba robando.
—Oh, lo mismo que los demás. Dinero y mierda
—dijo Bud, y con eso, el hombre se sacó unos umus
del bolsillo y se los entregó... y luego le dio las
gracias al echarse atrás.
Bud disfrutaba con que los negros le respetasen
de esa forma —le recordaba su herencia noble en
los parques de caravanas de Florida del Norte— y
tampoco le disgustaba el dinero. Después de ese
día, empezó a buscar negros con la misma
incertidumbre asustada en el rostro. Aquella gente
vendía y compraba sin papeles, por lo que siempre
llevaban dinero en efectivo. Durante un par de
meses le fue muy bien. De vez en cuando se pasaba
por el piso donde vivía su puta Tequila, le daba
algo de ropa interior, y quizás algo de chocolate a
Harv.
Tanto Tequila como Bud suponían que Harv era
su hijo. Tenía cinco años, lo que significaba que
había sido concebido en una fase temprana del
ciclo de rupturas y reconciliaciones de Bud y
Tequila. Ahora la zorra estaba embarazada de
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