Page 187 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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Guardaron silencio por un momento. Durante
este instante Alan pensó que Hawkes y sus socios
eran hombres en estado de desesperación, que a él
no le dejarían vivir si se negaba a ayudarlos. Díjose
el joven que se había llevado un gran desengaño al
saber que Hawkes lo había protegido para cobrarse
la protección haciendo de él un ladrón.
Intentaba persuadirse Alan de que no podía
elegir, de que este mundo era una selva donde no
se conocía la moralidad y que el millón de créditos
que ganaría podría emplearlo en hacer experimen‐
tos para lograr la hiperpropulsión. Pero tan sutiles
argumentos no contenían convicción alguna. Lo
que él iba a hacer no tenía justificación.
Pero Hawkes no le dejaba pararse en escrúpulos.
Estaba en una cueva de ladrones y no podía salir de
allí más que ladrón o cadáver.
—Lo haré; pero, después de hecho, cobraré mi
parte y me iré. No quiero más tratos con usted.
Hawkes parecía estar ofendido, pero disimulaba
su emoción bastante bien.
—Eso es cuenta tuya, Alan. Me alegro de que
accedas. Hubiese sido mala cosa para los dos si te
hubieras negado. Si te parece, nos iremos a acostar.
Poco durmió Alan esa noche. Hubiera querido
tener una puerta en la cabeza para abrirla y dejar
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