Page 1148 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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hubieses encontrado —dijo—. No podía quedarme
sentada sin hacer nada. Fui a dar un largo paseo.
Consternado, él contestó:
—¡Te dije que no salieses de aquí! No estás segura.
Aquí hemos colocado un instrumento que nos advertirá
de cualquier intruso, pero no podemos seguirte.
Maldición, chica, Castelar todavía anda suelto.
Ella arrugó la nariz.
—¿Sería mejor que me subiese por las paredes? ¿Por
qué iba a venir a buscarme otra vez?
—Eras su único contacto en el siglo XX. Podrías
decirnos algo que nos llevase a él. O eso podría temer.
Se puso seria.
—En realidad, puedo.
—¿Eh? ¿A qué te refieres?
Ella le cogió la mano. Qué cálidas eran las suyas.
—Venga, relájate, déjame traerte una cerveza y
hablaremos. Ese paseo me aclaró la cabeza. Empecé a
recordar, repasando todo el asunto, excepto que sin terror
y sin el desconocimiento. Y, sí, creo que puedo decirte a
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