Page 647 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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Cuando esa noticia llegó a Heorot, Ulrica rió en voz
alta.
—¡Así que mi padre se ha librado de ellos!
Su júbilo era prematuro. Durante los siguientes
treinta años, Ulfilas trabajó en sus viñedos. No todos los
visigodos cristianos lo habían seguido al sur. Quedaban
algunos, entre ellos algunos jefes guerreros con el poder
suficiente para protegerse a sí mismos y a sus súbditos.
Recibían a los misioneros, cuya labor producía frutos. Las
persecuciones de Atanarico hicieron que los cristianos
buscasen un líder propio. Lo encontraron en Fritigemo,
también de la casa real. Aunque nunca se produjo una
guerra abierta entre las facciones, hubo muchos
enfrentamientos. Más joven, y pronto más rico que su
rival al recibir el favor de los mercaderes del Imperio,
Fritigerno hizo que muchos godos del oeste se uniesen a
la Iglesia con el paso de los años, simplemente porque
parecía un acto muy prometedor.
A los ostrogodos los afectó poco. El número de
cristianos entre ellos creció, pero lentamente y sin causar
problemas. Al rey Ermanarico no le preocupaba ningún
dios ni el otro mundo. Estaba demasiado ocupado
conquistando todo lo que podía de este mundo.
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