Page 682 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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Más  tarde  Swanhild  consoló  a  Randwar.  Ella  y  él

           paseaban juntos por un camino en el que crecían moras,


           los  árboles  buscaban  y  atrapaban  la  luz  del  sol  y  los

           pájaros cantaban. Ella tenía el pelo largo y dorado, sus

           ojos eran grandes y azules como el cielo engarzados sobre


           un rostro delicado y se movía como un cervatillo.



                 —¿Siempre tienes que estar triste? —preguntó—. Este

           día es demasiado hermoso para eso.



                 —Pero ellos, los que me criaron —dijo Randwar con

           voz entrecortada—, yacen sin ser vengados.



                 —Estoy segura de que saben que te encargarás de eso


           en cuanto puedas, y serán pacientes. Tienen hasta el fin

           del mundo, ¿no? Vas a ganarte un nombre que hará que

           ellos  también  sean  recordados;  espera  y  verás…  ¡Mira,

           mira! ¡Mariposas! ¡La puesta de sol está viva!




                 Aunque Randwar ya nunca más reveló a Hathawulf

           y Solbern lo que le pasaba por el corazón, volvió a llevarse

           bien con ellos. Después de todo, eran los hermanos de

           Swanhild.



                 Hombres  que  sabían  hablar  diplomáticamente


           recorrieron el camino entre Heorot y el rey. Ermanarico

           los  sorprendió  aceptando  más  que  antes.  Era  como  si

           sintiese,  después  de  que  su  oponente  Tharasmund

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