Page 683 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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hubiese desaparecido, que podía permitirse algo más de
generosidad. No estaba dispuesto a pagar doble
compensación, porque sería admitir que había hecho algo
mal. Sin embargo, dijo, si aquellos que sabían dónde
estaba escondido el tesoro lo llevaban a la siguiente Gran
Asamblea, él dejaría que los representantes decidiesen
quién era su dueño.
Ése fue el acuerdo. Pero mientras se realizaba el
regateo, Hathawulf, guiado por Ulrica, hizo que otros
hombres hiciesen una ronda, y el mismo habló con
muchos propietarios, Así fue hasta la reunión posterior al
equinoccio de otoño.
En ella el rey defendió su derecho al tesoro. Era una
costumbre antigua, dijo, que cualquier cosa de valor que
un hombre fiel pudiese ganar mientras luchaba al servicio
de su señor fuese para ese señor, que repartiría el botín
entre aquellos que se lo mereciesen o cuyo favor
necesitase. En caso contrario, la guerra se convertiría en
una lucha de cada soldado para sí mismo; la fuerza del
grupo se reduciría, ya que la avaricia podía más que la
gloria; las tropas se dedicarían a luchar por el botín.
Embrica y Fritla lo sabían bien, pero prefirieron no
obedecer la ley.
Después, tomaron la palabra representantes que
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