Page 703 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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resistió mucho en el aire antes de colgar libre al viento.
—¡Sí, el Errante te matará, Ermanarico! —rugió
Swanhild—. ¡Te maldigo como viuda, asesino, y lanzo a
Wodan contra ti! ¡Errante, llevadlo a la caverna más
oscura del infierno!
Los greutungos se estremecieron, hicieron gestos y
sacaron talismanes. El propio Ermanarico mostró
inquietud. Sibicho, subido a un caballo a su lado, dijo:
—¿Llama a sus antepasados brujos? ¡No permitáis
que viva! ¡Qué la tierra se purifique de la sangre que lleva!
—Sí —dijo Ermanarico recuperando la voluntad.
Dictó sus órdenes.
El miedo más que otra cosa hizo correr a los hombres.
Los que sostenían a Swanhild la abofetearon hasta que se
tambaleó y la patearon en medio del patio. Ella yacía
aturdida sobre las piedras. Los jinetes se reunieron a su
alrededor, forzando a los caballos, que relinchaban y se
resistían.
Cuando se retiraron, no quedaba más que una masa
roja y trozos blancos.
Cayó la noche. Ermanarico festejó con sus tropas la
victoria en el salón de Randwar. Por la mañana
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