Page 984 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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—Primero debemos ayudar a Edh —dijo Floris.
Fue hacia la otra mujer, que se había puesto en pie y
parecía aturdida. La sangre había salpicado la capa y el
vestido de la mujer. Sin pensarlo, Floris la abrazó.
—Eres libre —murmuró Floris—. Compró tu libertad
con su vida. Aprécialo.
—Sí —dijo Edh. Miraba a la oscuridad.
—Ahora podrás proclamar la paz. Debes hacerlo.
—Sí.
Floris le dio calor durante un buen rato.
—Dime cómo —dijo Edh—. Dime qué decir. El
mundo se ha quedado vacío.
—¡Oh, niña! —Floris respiraba sobre las trenzas
grisáceas—. Ten buen corazón. Te he prometido un
nuevo hogar, una nueva esperanza. ¿Te gustaría oírlo? Es
una isla, baja y verde, abierta al mar.
En la respuesta se agitaba algo de vida.
—Gracias. Eres buena. Lo haré lo mejor que pueda…
en tu nombre.
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