Page 999 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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Era como si la mirada de ella buscase más allá de la
cara de Everard.
—Eres dulce. —Riendo, con rapidez le agarró las
manos—. Pero ¿por qué te quedas ahí? Ven, pongámonos
cómodos.
Fueron a la sala de las pinturas y los libros. Ella había
preparado una mesa baja con café, canapés, diversos
accesorios, el whisky escocés que sabía que a él le
gustaba… sí, Glenlivet, aunque él no recordaba habérselo
nombrado específicamente, Se sentaron juntos en el sofá.
Ella se recostó y sonrió.
—¿Comodidad? —ronroneó—. No, lujo. Una vez más
estoy aprendiendo a apreciar mi época de nacimiento.
¿Está realmente relajada o es una fachada? Yo no puedo.
Everard se sentó en el borde del cojín. Sirvió café para los
dos y un buen whisky para sí mismo. Cuando la miró, ella
le hizo un gesto de negativa y cogió la taza.
—Es temprano para mí —dijo.
—Eh, no estaba proponiendo atarnos —le aseguró—.
Nos lo tomaremos con calma, hablaremos e iremos a
cenar, o eso espero. ¿Qué te parece ese delicioso local
caribeño? O puedo hacer estragos en un rijstaffel, si lo
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