Page 533 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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marcianos, sino al vacío del espacio. No tenían
destino, ni estrategia alguna que no fuera escapar. De
no ser por una diminuta sonda aeluona, la Flota
habría muerto con toda probabilidad, y me parece
improbable que los marcianos hubieran adquirido el
modesto nivel de prosperidad del que ahora disfrutan
sin tomar prestada la tecnología de la CG.
¿Y qué hay de ellos ahora? ¿Qué les ha enseñado esta
experiencia? Nada. Siguen dispersándose. Miembros
de la Flota se han marchado para formar colonias
independientes, no porque ello aporte riquezas o
recursos a la Flota, sino porque quieren. Es posible
que los marcianos y los exodanos hayan cerrado sus
antiguas heridas, pero la división del espíritu
perdura. ¿Y qué hay de las colonias marginales
construidas por humanos que no quieren tener nada
que ver con la Diáspora o la CG? ¿Qué hay de los
hostiles cultistas gaianos en la Tierra, cazando
manadas de animales en un entorno frágil?
Lo que quiero decir, compañeros representantes, es
que los humanos son una especie adolescente,
fracturada y renqueante que ha saltado a la vida
estelar no por mérito propio sino por suerte. No han
avanzado desde el caos intraespecie. Se han saltado
un paso vital que el resto de nosotros tuvimos que
dar. Al concederles membresía en la Confederación
Galáctica, los estaremos proveyendo no de una nueva
vida, sino de una muleta en la que apoyarse. Los
exiguos recursos que puedan ofrecernos no valen el
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