Page 570 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
P. 570

Toum, segundo guardia de la Nueva Madre, estaba


          sentado junto a una ventana en el jardín de alimentos,

          mirando  las  naves  de  las  especies  de  la


          Confederación. Arrancó un gran puñado de hojas de


          una  maceta  cercana.  Olisqueó  el  familiar  aroma

          apimientado,  suave  y  delicioso,  del  fluido  que


          supuraban los tallos rotos. Pero no comió. Jugueteó


          con las hojas y observó las naves alienígenas. Como


          en muchas otras ocasiones, contempló con envidia las

          armas  acopladas  en  las  fragatas  aeluonas.  Cuántos


          clanes podría destruir con esas armas. Cuántas falsas


          ideas podría erradicar.



          Pensó  en  los  alienígenas  de  las  fragatas,  con  sus

          estúpidos  ojos  y  sus  inquietantes  escamas.  Los


          aeluones  eran  tan  desagradables.  Y  su  modo  de


          hablar,  tan  perturbador.  Era  difícil  confiar  en  una

          especie que no podía hablar sin meterse cables en la


          garganta.  Igual  de  difícil  era  confiar  en  los


          harmagianos, que no tenían piernas para caminar. O


          en los aandrisk, con sus garras carnívoras. O en los

          quelin,  que  se  emparejaban  con  los  de  su  propia


          sangre por vanidad. No, no podía confiar en ellos, en


          ninguno de ellos. Pero sí que podía odiarlos. Eso no le

          costaba trabajo.



          No podía expresarlo en voz alta. Antes de la alianza,


          no había duda alguna en su mente de que era toremi


          ka.  Estaba  de  acuerdo  con  su  veneración  de  las








                                                                                                            569
   565   566   567   568   569   570   571   572   573   574   575