Page 636 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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podía sentir el pulso de ella, palpitante como el aleteo
de un pájaro sobre el fondo del suyo propio.
El resto de la tripulación estaba tras él. Todos excepto
Ohan, que no habían salido de la cama desde la
perforación. Sissix, Ashby, Rosemary y Doctor Chef
permanecían en vigilia cerca de la puerta, en silencio
y tensos. Corbin también estaba allí, algo más atrás,
en el pasillo. Jenks pensó que debía estar agradecido,
pero había algo incómodo en el hecho de que todos
estuvieran en un lugar que les pertenecía a Lovey y a
él. Se sentía desnudo. Desollado. No sabía si habría
sido mejor o peor hacer aquello a solas. No sabía
nada, salvo que en el escrib de Kizzy corría una
cuenta atrás y una única frase que no dejaba de
palpitar en su cabeza: «Lovey, despierta. Lovey,
despierta. Lovey, despierta».
—Veinte segundos —dijo Kizzy.
Le dio un rápido apretón en la mano y lo miró a los
ojos. Había cierta ferocidad en ella, como si tratara de
protegerlo simplemente con observarlo. Jenks se
acercó al panel de control principal, a los tres
interruptores que solo había tocado en dos ocasiones
antes: la primera, once estándares atrás, cuando
instaló a Lovey, y la segunda, hacía nueve minutos y
veintiocho segundos. Sus dedos se cerraron sobre el
primer interruptor. El mantra seguía: «Lovey,
despierta. Lovey, despierta. Lovey, despierta».
—Quince segundos.
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