Page 635 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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Solo hay uno para ti. La ruta del archivo es única. No
veo otros. No lo recuerdo. Estoy cansada.
La fecha del directorio. Es el día en que te instalé.
Sí.
¿Por qué?
Porque me enamoré de ti entonces.
Jenks sabía un par de cosas sobre el tiempo. Era difícil
ser tunelador y no pillar lo básico. El tiempo era algo
maleable, no el tic‐tac uniforme que dan a entender
los relojes. Siempre que la nave taladraba, Ohan
tenían que asegurarse de que salían en el tiempo
correcto, como si todo hubiera sido mapeado al
derecho y al revés y de lado a lado, un número infinito
de historias que ya estaban escritas. El tiempo podía
ir lento, podía volar y podía pasar sin prisa. El tiempo
era algo difícil de medir. No se podía definir.
Y aun así, de algún modo, sabía con certeza absoluta
que aquellos fueron los diez minutos más largos de su
vida.
El núcleo de Lovey estaba oscuro. La luz amarilla que
le había calentado la piel en tantas ocasiones se había
apagado unos instantes antes, justo cuando bajó el
último interruptor. Kizzy estaba a su lado, con los ojos
fijos en el reloj del escrib, vocalizando los segundos
en silencio, sujetándole la mano con fuerza. Jenks
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