Page 44 - En los muros de Eryx - H.P. Lovecraft
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Unos quince minutos después llegué a la cámara


               central y señalé con el casco el último de los tres


               accesos posibles. Al adentrarme por esa abertura,


               me pareció que su recorrido me era más familiar;


               pero menos de cinco minutos después me detuve


               ante una visión que me sobresaltó sobremanera.








               Era  un  grupo  de  cuatro  o  cinco  de  esos


               detestables  hombres‐lagartos  que  habían  salido


               del lejano bosque del otro lado de la llanura. A


               esa distancia no los distinguía con claridad, pero



               me pareció que se detenían, se volvían hacia los


               árboles gesticulando y a continuación se les unía


               una  docena  más.  El  incrementado  grupo  se


               dirigió directamente hacia el edificio invisible, y


               cuando estuvieron cerca les observé atentamente.


               Nunca  había  visto  a  esos  seres  a  tan  corta


               distancia, fuera de las sombras vaporosas de la


               selva.








               Su  semejanza  con  los  reptiles  era  perceptible,


               aunque  yo  sabía  que  era  sólo  aparente,  ya  que


               estas criaturas no tienen nada en común con la


               vida terrestre. Al aproximarse más, me di cuenta



               de  que  el  parecido  con  los  reptiles  no  era  tan


               grande: sólo la cabeza aplastada y la piel verdosa





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