Page 46 - En los muros de Eryx - H.P. Lovecraft
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que  indicaba  que  se  habían  pegado  al  muro


               invisible.  De  pie,  en  círculo,  aquellos  seres  me


               miraban en silencio, inquisitivamente, moviendo


               los tentáculos, asintiendo a veces con la cabeza y


               gesticulando  con  sus  miembros  superiores.  Un


               rato después vi surgir del bosque a unos cuantos


               más;  avanzaron  y  se  unieron  a  la  multitud



               curiosa.







               Los  que  estaban  cerca  del  cadáver  lo  miraron


               brevemente,  pero  no  hicieron  ningún  ademán



               para  moverlo.  Ofrecía  un  espectáculo  horrible;


               sin embargo, a los hombres‐lagartos eso parecía


               tenerles completamente sin cuidado. De cuando


               en cuando uno de ellos ahuyentaba alguna mosca


               farnoth  con  sus  extremidades  o  tentáculos,  o


               aplastaba con las ventosas de sus muñones algún


               sificligs o contorsionante akman, o alguna yerba


               efjeh que se estiraba.








               Me  quedé  mirando  a  esos  intrusos  grotescos  e


               inesperados, preguntándome con inquietud por


               qué  no  atacaban  de  una  vez,  y  perdí


               momentáneamente  mi  fuerza  de  voluntad  y



               energía para proseguir la búsqueda de la salida.


               En vez de eso, me apoyé desmayadamente contra





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