Page 704 - Limbo - Bernard Wolfe
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Mientras los dos equipos se alineaban en el
campo para la prueba final, el locutor,
fuertemente impresionado por Vishinu pero
intentando esforzadamente recuperar su
locuacidad habitual, explicó el procedimiento.
Puesto que el vencedor de los Juegos ya era
conocido, no tenía ningún sentido prolongar
inútilmente las cosas. En consecuencia, por
acuerdo de ambas partes, la barra sería colocada,
desde un principio, a la altura máxima jamás
conseguida, al nivel del récord mundial
establecido hacía nueve años precisamente por el
propio Hermano Theo.
El campo fue despejado, y el capitán de la
Unión retrocedió varios metros para tomar el
impulso suficiente; el estadio estaba tan silencioso
e inmóvil como un depósito de cadáveres. El
saltador se impulsó sobre los dedos de los pies,
luego dio varios largos y ágiles pasos hasta llegar
al punto de partida. No estaba esforzándose,
pareció impulsarse tan sólo por una fracción de
segundo, doblando ligeramente las rodillas para
obtener un empuje hacia arriba. Luego despegó,
sin esfuerzo pero con una fuerza semejante a la de
un cohete.
Saltó hacia arriba, arriba, sin molestarse en
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