Page 735 - Limbo - Bernard Wolfe
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personas y objetos de su entorno su mito de la
casa‐cuna de negación de su madre; b), a modo de
defensa contra eso, su carácter de individuo
extremadamente duro y activo y agresivo; c),
como segunda defensa contra eso, el pacificta
humanitario, cuyas energías ambivalentes eran
totalmente gastadas en propósitos altruistas. Que,
cada vez que su verdad interna rompía todas esas
débiles barreras ilusorias y surgía al exterior,
como aquella noche en particular, aparecía el
violador‐y‐pacifista, y luego el niño en‐el‐
violador, decidido a demostrar una vez más que
su mamá era una puta. Por supuesto, en el
proceso Rosemary recibió graves lesiones: el bebé
tenía poderosos músculos...
(Palabras proféticas, ya que trece años más
tarde X se vio impulsado a dramatizar su
infantilismo esencial de una manera realmente
espectacular, cortándose las dos piernas. En
nombre del humanitarismo, por supuesto.)
—Está bien —dijo X—. Aceptemos todo esto.
¿Qué quieres que haga?
—Buen Dios, no quiero que hagas nada —
respondió Y—. Aunque al menos podrías darte
cuenta de los motivos que yacen tras tus nobles y
fanfarronas actividades.
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