Page 182 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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—Es… Es igual. Tampoco importa. Mira, cuando
encontré la pistola había unos clavos bañados en
alguna historia rara de color verde. Cielos, ¡esos
fueron los que funcionaron, Pete! Estoy tan seguro
de ello como…
—¿Puedo verlos? —interrumpió Pete.
—Claro —dijo Joe—. Voy a por la pistola.
—¿Dónde los encontraste? La pistola y los clavos.
—Oh… Abajo, en el sótano. ¡Es cierto, había
olvidado contarte eso también! —Rio entre dientes
antes de continuar—. Se me cayó un tronco y
rompió la madera del suelo. Abajo había una
habitación, ¿puedes creerlo? Una maldita
habitación excavada en la roca.
Pete se quedó inmóvil, como si en su cabeza
zumbaran ideas a toda velocidad.
—Sí, hombre. ¿No sabías nada? —añadió Joe—.
Pensé que vosotros la habríais descubierto
cuando… lo del techo. Bueno, me comentaste que
algunos habíais trabajado en la casa, por la
memoria de mi abuelo y todo eso. Pensé que la
pistola era cosa vuestra. O sea, está claro que es un
invento casero, pero me parece que en 1800 no…
—Un sótano… en esta casa… —soltó Pete al fin,
como pensando en voz alta.
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