Page 183 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
P. 183

—Debajo mismo del salón.



            —¿Qué                encontraste                 allí?        —preguntó                   Pete,


            arrastrando mucho las palabras.



            —La pistola, ya te lo he dicho… Los clavos… Oh…


            Y otra cosa, una especie de… carne podrida. Huele



            como mil putos demonios, Pete…



            En ese momento, Pete se incorporó del sofá con un


            rápido  movimiento.  Lo  hizo  de  una  manera  tan


            decidida y enérgica que, de pronto, ya no parecía


            un anciano de setenta y pico años.



            —Dónde, Joe. Dónde está.




            Joe lo miró desde su asiento, algo desorientado.



            —Ahí  mismo  —exclamó  con  cierta  prudencia,


            señalando  el  suelo  de  la  habitación—.  Bajo  esos


            tablones.



            Antes  de  que  pudiera  añadir  nada  más,  Pete  se


            lanzó  hacia  los  tablones,  se  agachó  y  los  retiró



            limpiamente.



            «Ahí abajo huele a cloaca, Pete», pensó en decir, y


            en  circunstancias  normales  lo  habría  hecho;  en


            tiempos, habría hecho incluso alguna broma sobre


            el  olor.  Pero  ahora…  Ahora  algo  le  empujaba  a


            quedarse  callado.  Se  sentía  extraño.  Los  oídos  le


            zumbaban. Algo iba mal.




            «Oh, Pete».


                                                                                                          182
   178   179   180   181   182   183   184   185   186   187   188