Page 288 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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No era la voz de Pete, eso estaba claro. Y sin
embargo, estaba seguro que la había escuchado
recientemente. Ese acento vagamente canadiense,
demasiado suave, le traía recuerdos… Recuerdos
muy específicos que alborotaban en su cabeza sin
poder aprehenderlos. Recuerdos de…
De pronto, cayó en la cuenta.
«No puede ser. No puede ser…».
Era imposible, sí, y sin embargo, ahora que había
relacionado la voz con la persona, no albergaba
ningún género de dudas.
Tenía que ser. Era.
—¡ALLEN! —gritó, moviendo el haz de luz hacia
delante—. ¡ALLEN! —En un momento dado, el
veloz y errático movimiento del foco iluminó algo,
una forma blancuzca y esquiva que permaneció
bajo la luz durante un infinitesimal instante. Joe
movió la mano con tanta rapidez como le fue
posible, pero no pudo volver a localizar lo que creía
haber visto: el cuerpo de alguien que corría en
sentido contrario.
—¡JOE! —respondió Allen a voz en grito desde el
fondo de la cueva. Venía corriendo hacia él.
—¡AQUÍ!
El haz de la linterna de Allen lo inundó.
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