Page 390 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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—Oh… Dios —exclama Allen—. Pero ¿para qué
quieren hacer eso? Pensé que ellos solo querían las
almas cuando… cuando nos vamos arriba, donde
quiera que sea.
—Eso ya lo tienen, Allen. Lo tienen ahí mismo. Una
fuente inagotable de almas…
—Jesús —exclama Allen. Se ha puesto la mano
sobre la boca y ahora luce una mancha negra en
mitad de la cara, como una pintura de camuflaje—.
Pero… ¿cómo? Pensé que eran demonios…, seres
inmateriales… ¿De dónde han sacado toda esta
materia orgánica?
—No lo sé. Pienso en todos aquellos desaparecidos,
en los alaskos, y en toda la gente que no sabemos
que desapareció. A lo mejor los trajeron aquí. Dios
sabe qué artes arcanas pueden haber utilizado para
replicar el cuerpo humano hasta límites
inimaginables, creando toda esta pesadilla de
vísceras, estas estructuras orgánicas gigantes,
esta… Esta Fábrica de Carne. ¿Tiene eso sentido?
Allen parece ensimismado por unos instantes.
—Anjikuni… —dice al fin.
—¿Qué?
—Las mil doscientas personas que desaparecieron
en Anjikuni, Joe…
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