Page 104 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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amarillos no dejaban de observarme.



               —¿Tío?



               —¿Sí?



               —¿Qué otras cosas?



               Bien,  tuve  que  darle  explicaciones  a  Zammis:  Por

        primera  vez,  el  drac pareció  dudar de la  veracidad  de mi

        respuesta, en lugar de conformarse como de costumbre, y


        aceptar cuanto yo le decía. De hecho, yo estaba seguro de que

        Zammis pensaba que mentía…, probablemente porque era

        cierto.



               El invierno se inició con una rociada de copos de nieve


        transportados  por  una  suave  brisa.  Llevé  a  Zammis  al

        bosquecillo más arriba de la cueva. Cogí de la mano al niño

        mientras permanecíamos ante el montón de rocas que era la

        tumba de Jerry. Zammis se apretó las pieles de serpiente para


        protegerse del viento, inclinó la cabeza, se volvió y me miró

        a los ojos.



               —Tío, ¿ésta es la tumba de mi padre?



               —Sí.



               Zammis volvió a mirar la tumba, luego movió la cabeza.



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