Page 105 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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—Tío, ¿cómo tendría que sentirme?
—No te comprendo, Zammis.
El niño señaló la tumba con la cabeza.
—Veo que tú estás triste aquí. Creo que quieres que yo
sienta lo mismo. ¿Verdad?
Arrugué la frente y sacudí la cabeza.
—No. No quiero que estés triste. Solo quería que
supieras dónde está la tumba.
—¿Puedo irme ya?
—Claro. ¿Estás seguro de conocer el camino de vuelta a
la cueva?
—Sí. Solo quiero asegurarme de que mi jabón no vuelva
a quemarse.
Observé al niño mientras daba media vuelta y se
escabullía entre los árboles desnudos, luego volví a mirar la
tumba.
—Bueno, Jerry, ¿qué piensas de tu hijo? Zammis usó
cenizas para limpiar la grasa de las conchas, después ha
puesto una en el fuego, con agua, para hervir la carne seca.
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