Page 470 - El Jugador - Iain M. Banks
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ido palideciendo progresivamente durante los últimos
días. Gurgeh estaba empezando a sentir una cierta
compasión hacia ella.
‐‐Bueno... ‐‐gimió Flere‐Imsaho, y Gurgeh tuvo la
impresión de que si hubiera poseído unos labios de carne
la palabra habría sido un balbuceo lloroso‐‐. ¡No me basta
con eso!
La unidad giró sobre sí misma y salió de la habitación
después de haber proferido aquella observación tirando
a patética.
Gurgeh se preguntó hasta qué punto la estaría
afectando el pasarse los días encerrada. Una de las
últimas ideas que se le habían ocurrido era que la
máquina podía haber recibido instrucciones secretas.
Quizá estuviese allí para impedirle llegar demasiado lejos
en los juegos. En tal caso, negarse al encierro podía ser
una forma muy elegante de conseguirlo. Contacto podía
defenderse alegando que pedirle que renunciara a su
libertad era un acto totalmente irracional e injustificable,
y que la unidad tenía todo el derecho del mundo a
negarse. Gurgeh se encogió de hombros. No podía hacer
nada al respecto.
Ordenó a la pantalla que le mostrara otra partida.
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