Page 519 - El Jugador - Iain M. Banks
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cabo algún extraño conjunto de movimientos o
colocación de piezas que le permitiera salvar el honor
mientras seguía siendo un macho.
¿Quién sabía qué extraños preceptos regían su
conducta en un momento semejante? Los movimientos
siguieron sucediéndose los unos a los otros, y la pauta
siguió siendo tan caótica como indescifrable. Hicieron
una pausa para almorzar y siguieron jugando.
Bermoiya no volvió a sentarse en su taburete después
de la pausa. Se colocó a un lado del tablero e intentó
comprender el plan resbaladizo e inaprensible que estaba
guiando los movimientos del alienígena, suponiendo que
dicho plan existiera. Era como estar jugando contra un
fantasma, como si Bermoiya y el alienígena estuvieran
compitiendo en tableros distintos. El enfrentamiento
directo parecía haberse vuelto imposible. Las piezas del
alienígena se le escapaban una y otra vez y se movían
como si hubiera previsto su próximo movimiento incluso
antes de que Bermoiya lo hubiese pensado.
¿Qué le había ocurrido? Ayer su estilo de juego había
sido totalmente distinto. ¿Sería cierto que estaba
recibiendo ayuda del exterior? Bermoiya se dio cuenta de
que estaba empezando a sudar. No tenía por qué sudar.
Seguía llevándole una ventaja considerable y seguía
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