Page 156 - Triton - Samuel R. Delany
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—¡Apuesto a que conocía mi número!

                —Si  hiciste  eso  realmente,  no  debes  de  guardarle


           rencor.

                —Oh, no se lo guardo. —Se apretó de nuevo contra

           ella, rodeándola con sus brazos—, ¿Has oído hablar de


           que los prostitutos, debajo de todo lo demás, tienen un

           corazón de oro?


                —Oh, pero el oro puede ser un metal muy pesado y

           frío.  —Giró  la  cabeza  por  encima  del  hombro  de  él—.

           ¿Crees que el haber sido un prostituto te ayudó?


                Él se encogió de hombros, sin dejar de abrazarla.

                —Creo que te hace sentirte más seguro de ti mismo

           cuando estás realmente en la cama; no necesariamente un


           mejor amante..., pero sí un amante más relajado.

                —Tienes  —dijo  ella,  mirando  hacia  el  techo—  un

           cierto  estilo  pirotécnico  que,  debo  admitirlo,  admiro


           tremendamente.

                —Por otra parte, no sé si eso me ha servido para nada


           en la parte de relación de la sexualización. Quizá, por el

           hecho de haber tenido tanto sexo allí, y no haber tenido

           más que bajar las escaleras hasta el salón de las dientas


           para conseguirlo, y no haber tenido que pagar ninguna

           factura..., supongo que, cuando finalmente entras en el


           mundo real y descubres que la gente está tan interesada

           en ti como lo están en tu técnica, y esperan que tú estés

           interesado en ella también..., todo esto requiere un cierto




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