Page 160 - Triton - Samuel R. Delany
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La  Púa,  en  el  borde  de  la  cama  ahora,  se  estaba

           poniendo sus amplios pantalones rojos, levantándose y


           girándose  (en  su  espalda,  sujeta  con  los  mismos

           imperdibles  de  latón,  había  una  Z  roja,  tan  misteriosa

           como la R de delante) al tiempo que se pasaba los tirantes


           negros  sobre  sus  hombros.  Se  volvió  de  nuevo  y,

           secándose los ojos mojados de lágrimas con un nudillo,


           se dirigió hacia Bron.

                —Siento todo esto, de veras, yo... ¡Pero, simplemente,

           tiendo a antropomorfizarlo todo!


                Una  de  las  mujeres  hizo  girar  un  pequeño  martillo

           contra la pared. El golpe abrió una pequeña grieta. La

           niñita, encima de la escalera, se echó a llorar de nuevo.


                Lo mismo hizo la Púa:

                —¡Oh, vamos! Vamos, por favor. De veras. —Hizo un

           gesto tras ella con una mano. Las lágrimas resbalaban en


           tres regueros por una de sus mejillas, en uno por la otra.

           De pronto dio un manotazo al pie de Windy—. ¡Oh, deja


           de hacer el tonto y ponte de pie!

                Los pies del acróbata oscilaron locamente, los agitó

           con  violencia,  recuperó  el  equilibrio.  Al  nivel  de  las


           rodillas  de  Bron  brotó  un  torrente  de  exóticas  y

           especializadas maldiciones que le trajeron de vuelta, con


           increíble claridad, el rostro de un terrestre en particular

           con el que había trabajado en el Goebels: ¡Si Windy no

           había  pasado  algún  tiempo  en  la  Tierra  como  un




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