Page 133 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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Dagenham estaba tratando de incorporarse. Foyle regresó

           de nuevo al laberinto. Corrió. Llegó a una puerta cerrada y

           la abrió de un tirón. Le reveló un amplio taller iluminado

           por  luz  normal.  Dos  técnicos  que  trabajaban  en  una


           bancada de maquinaria levantaron la vista sorprendidos.



           Foyle  aferró  un  martillo,  saltó  sobre  ellos  como  un

           cavernícola  y  los  derribó.  Tras  él  escuchó  a  Dagenham

           gritando  en  la  distancia.  Miró  a  su  alrededor,  perdido,


           temiendo descubrir que estaba atrapado en un callejón sin

           salida.  El  taller  tenía  forma  de  L.  Foyle  dio  la  vuelta  al

           ángulo, atravesó la entrada de otro laberinto a prueba de

           jaunteo y se perdió de nuevo. El sistema de alarma de la


           Gouffre Martel comenzó a sonar. Foyle golpeó las paredes

           del laberinto con el martillo, destrozó los delgados paneles

           de  plástico  y  se  halló  en  el  corredor  Sur,  iluminado  por

           infrarrojos, del cuadrante femenino.




           Dos mujeres guardas llegaron por el corredor, corriendo a

           toda prisa. Foyle hizo girar su martillo y las derribó. Estaba

           cerca del inicio del corredor. Ante él se extendía una larga

           perspectiva de puertas de celdas, cada una de las cuales


           tenía  un  número  incandescente.  En  lo  alto,  el  corredor

           estaba  iluminado  por  globos  rojos.  Foyle  se  alzó  de

           puntillas  y le dio un  golpe  al  globo que  estaba sobre  él.

           Rompió a martillazos el portalámparas y golpeó el cable.





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