Page 136 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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—No puedo encontrar la puerta, Jiz. La puerta del hospital.
Yo...
—iChissst!
—Pero...
—Cállate, Gully.
Una mano jabonosa encontró su boca y se apretó contra
ella. Le agarró el hombro tan fuerte que sus uñas le
atravesaron la piel. Por entre la confusión de las cavernas
sonaba muy cerca el ruido de pisadas. Había guardias
corriendo ciegos por las cuadras de Aseos. Las luces
infrarrojas no habían sido reparadas todavía.
—Tal vez no se den cuenta de la ventana —silbó Jisbella—
. Estáte callado.
Se acurrucaron en el suelo. Los pasos recorrieron las salas
en asombrada sucesión. Luego desaparecieron.
—Ya no hay peligro ahora —susurró Jisbella—. Pero
traerán en seguida proyectores. Ven, Gully. Afuera.
—Pero la puerta a la clínica, Jiz. Pensé...
—No hay puerta. Usan escaleras espirales que luego retiran
hacia arriba. También han pensado en esta posibilidad de
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