Page 129 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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—Supóngase que tengan alguna forma de comunicarse
por dentro de la roca.
Me puse furioso. Estábamos todos muy quisquillosos.
—Entonces —le dije— son espíritus y no los veremos.
¡Nos habremos perdido un par de horas de sueño!
—Está bien, jefe —asintió el doctor, en la forma que le
hablarla a un niño.
Iba a llamarle la atención al respecto, cuando se produjo
un ruido detrás nuestro, entre los árboles, cerca del tractor.
La forma en que nos volvimos debe haber sido digna de
verse. Jerry y yo con las amas en la mano. Hasta el doctor
estaba sacando la suya.
Era solamente uno de los monos. El doctor dijo después
que se trataba del tití. Salió al camino y se alejó saltando,
mirándonos por sobre el hombro.
Enfundé mi pistola y volví nuevamente a terminar de
mostrar a los otros lo que quería; al doctor, primero. Tenía
que ubicarse a una media milla, derecho en dirección al
valle, en una mancha de vegetación, cerca del río, parecida
a unos sauces. Desde allí, suponía yo que podría vigilar toda
la parte posterior de la saliente de la roca. Lo despaché,
recomendándole:
—Recuerde… nada más que “observar”. Si se ve en
dificultades, haga tres disparos con su pistola. ¡Pero me
refiero a dificultades de veras! No se vengan a mí si
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