Page 127 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 127

miramos hacia atrás y apenas pudimos distinguir el tractor.

         Y estaba sólo a unos pocos pies de distancia. Era lo mejor

         que podíamos hacer para ocultarlo, de todas maneras. Yo

         seguía pensando en la forma en que él se había enterado de


         antemano de nuestra llegada. Pero tenía que correr el albur.

         Si él nos estaba controlando con algo similar al radar, podría

         suceder que dicho aparato no nos denunciara. Y a menos

         que  lo  hubiera  empezado  a  utilizar  desde  el  mismo


         momento de nuestra partida, nunca conseguiría localizar el

         tractor.

                Fuimos  hasta  la  otra  orilla  del  camino  y  miramos  el


         valle,  hacia  abajo.  Todo  estaba  en  calma.  Demasiado  en

         silencio.  Con  una  sensación  de  “carencia  absoluta  de

         sonido” que le hacía a uno temer que nunca regresaría a


         casa.  Y  si  lo  lograba,  creería  que  había  llegado  el  fin  del

         mundo…

                Pero  la  verdosa  luz  lunar  mostraba  todo  lo  que  yo

         quería. Escogí un par de lugares; luego, instruí a los otros


         dos. Les dije:

                —El objeto es “observar”. Y seguir observando. No se

         muevan de sus sitios; pero, si ven “algo”, recuérdenlo. Nada

         más. —Sincronizamos nuestros relojes; eran las once justas.


         Yo agregué—: Muy bien. Vuelvan aquí a las tres y media.

         Será  mejor  que  para  el  alba  nos  hayamos  marchado.

         ¿Alguna pregunta?





                                                                                                          127
   122   123   124   125   126   127   128   129   130   131   132