Page 277 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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—¿Aún si yo me negara a ir con él? ¿Me dejarías solo?
¿Aquí?
Ella pensó un instante sobre eso, pero sin dejar de
mirarlo. Por fin, dijo:
—Sí, padre. Tendría que ir.
El estaba dándome el perfil, pero, aún así, pude notar
que se operaba un cambio en su cara. Algo “detrás” de su
cara.
Sentí también que sucedía algo. Algo… exterior.
Exterior a él. Exterior a todo aquel lugar. Pero… pero
“perteneciente” a él, fuera lo que fuese.
Era una sensación mala. Me aproximé a él y le toqué el
hombro, a la vez que le preguntaba:
—¿Está listo? ¿Para venir a la nave?
Se volvió como si le hubiera pegado. Altaira se retrajo.
El preguntó, a su turno:
—¿Cree usted que puede hacerme ir? —Señaló al sofá—
. ¿No ha aprendido todavía lo que le pasa a los
entrometidos? ¡Mire a ese tonto allí… o lo que queda de él!
—Ese tonto descubrió su juego, doctor Morbius. —Era
todo cuanto podía hacer para no pegarle.
Tras él vi a Altaira que se volvía repentinamente y
miraba a la ventana. Pero no tuve tiempo de pensar en cuál
sería la razón.
Seguí con Morbius.
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