Page 184 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
P. 184
—No es necesario.
Nebogipfel me llevó colina arriba, al pequeño
edificio. Estaba construido según el diseño simple
y sin junturas de los Morlocks; era como una casa
de muñecas, con una puerta de bisagras y un techo
inclinado. Dentro había un jergón, con una manta,
una silla y una pequeña bandeja con comida y
agua. Todo parecía agradablemente sólido. Mi
mochila estaba sobre la cama.
Me volví a Nebogipfel.
—Han sido muy considerados —dije con
sinceridad.
—Respetamos sus derechos.
Se alejó de mi refugio. Cuando me quité las gafas,
se convirtió en una sombra.
Cerré la puerta aliviado. Era un placer poder
volver por un rato a mi propia compañía humana.
¡Me avergoncé por planear, tan deliberadamente,
engañarle a él y a su gente! Pero mis planes ya me
habían llevado a cientos de millones de millas —a
unas pocas yardas de la Máquina del Tiempo— y
ahora no podía soportar la idea de fracasar.
¡Sabía que si tenía que dañar a Nebogipfel para
escapar lo haría!
Abrí la mochila al tacto, y encontré una vela que
encendí. La .reconfortante luz amarilla y un hálito
de humo convirtieron aquella pequeña caja
inhumana en mi hogar. Los Morlocks habían
retenido mi atizador —como podría haberlo
anticipado— pero me habían dejado casi todo el
184

