Page 182 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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EN RICHMOND HILL
Nebogipfel hizo que la cápsula se abriese, y salí de
ella, poniéndome las gafas sobre los ojos. De
pronto, el paisaje envuelto en la noche se hizo más
claro y definido, y por primera vez pude
distinguir algunos detalles del mundo de 657.208
d.C.
El cielo estaba lleno de estrellas y la cicatriz de
oscuridad creada por la Esfera se dibujaba
claramente. Había un olor a óxido que venía de la
arena, y algo de humedad, como de líquenes o
moho. En todas partes el aire estaba lleno de olor a
Morlock.
Me sentí aliviado al salir del losange y sentir tierra
firme bajo las botas. Subí por la colina hasta el
pedestal de bronce de la esfinge, y me quedé de
pie, a medio camino, en el lugar donde una vez
había estado mi casa.
Un poco más arriba en la colina había una nueva
estructura, una choza pequeña y cuadrada. No
pude ver ningún Morlock. Aquello contrastaba
con mi impresión de la primera vez que había
estado allí, cuando —al caminar por la
obscuridad— me parecía que estaban por todas
partes.
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