Page 284 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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tálicos  que  yo  imaginaba  abriéndose  paso


                  por  las  heridas  planicies  de  Europa;  más


                  Juggernauts que podían viajar bajo el agua, o

                  flotar, o excavar; y a todo eso se le oponía un


                  conjunto  igualmente  formidable  de  minas  y


                  cañones.


                  Evité  la  mirada  de  Nebogipfel;  ¡no  podía

                  enfrentarme  a  su  juicio!  Aquél  no  era  un


                  trozo de una Esfera en el cielo, poblado por


                  mis  descendientes  remotos:  ¡aquél  era  mi

                  mundo,  mi  especie,  enloquecida  por  la


                  guerra!  Por  mi  parte,  mantenía  algo  del


                  punto  de  vista  que  desarrollé  en  el  Interior


                  de aquella gran construcción. Apenas podía

                  soportar  ver  que  mi  propia  nación  se


                  dedicaba a esas tonterías, y me dolía oír las


                  contribuciones  de  Moses,  guiadas  por  los

                  ridículos  prejuicios  de  su  época.  ¡No  podía


                  culparle! Pero me angustiaba pensar que mi


                  propia imaginación fue una vez tan limitada,


                  tan maleable.












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                                          UN VIAJE EN TREN









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