Page 325 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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mucho mayor que antes... y aun así hay
trabajo útil para todos. Sin embargo, sufren
en las tiendas, pero no hay otro sitio para
ellos.
Dejamos Lancaster Walk y nos acercamos al
estanque en el corazón del parque. Antes era
un detalle atractivo y ordenado, que ofrecía
una vista bonita de Kensington Palace. El
estanque seguía allí, pero con una valla;
Wallis me dijo que se usaba como depósito
para suplir las necesidades de la población. Y
del palacio sólo quedaba el armazón;
evidentemente lo habían bombardeado.
Paramos en un puesto y bebimos limonada
tibia. La multitud se abigarraba a nuestro
alrededor, algunos en bicicleta. En una
esquina jugaban a fútbol, con montones de
máscaras antigás que marcaban las porterías;
incluso oí risas. Wallis me contó que la gente
todavía acudía al rincón de los oradores para
oír al Ejército de Salvación, a la Sociedad
Nacional Seglar, a la Liga Católica, a la Liga
Antiquintacolumna (que mantenía una
campaña contra los espías, traidores y cual‐
quiera que ayudase al enemigo) y a todo el
resto.
Ése fue el momento en el que vi a la gente
más feliz en aquella terrible época; si
exceptuamos las charreteras universales y las
máscaras —y el estancamiento de la tierra y
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