Page 383 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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—Por supuesto —dije intentando romper la
tensión—,usted nunca se mira el ombligo,
¿no, Nebogipfel?
—No —dijo el Morlock con calma—. Entre
otras cosas porque no tengo.
Nos apresuramos. Llegamos al bloque
central de oficinas y nos lanzamos en busca
del despacho de Wallis. Corrimos por las
alfombras de los pasillos atravesando
puertas con placas de metal. Las luces
todavía funcionaban —supuse que el college
tenía su propia fuente segura de energía— y
la alfombra amortiguaba nuestras pisadas.
Las puertas de algunas oficinas estaban
abiertas y había muestras de una rápida
huida: una taza de café tirada, un cigarrillo
que ardía en un cenicero, papeles arrojados
al suelo.
¡Era difícil creer que a unas pocas yardas
había una masacre!
Llegamos a una puerta abierta; de ella salía
un parpadeo azulado. Cuando llegamos al
quicio, el único ocupante, Wallis, estaba
sentado en el borde de la mesa.
—Oh... es usted. No estaba seguro de volver
a verle. —Llevaba las gafas de alambre y una
chaqueta de tweed con una corbata de lana;
tenía puesta una de las charreteras y la
máscara antigás estaba a su lado sobre la
mesa; se preparaba para abandonar el
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