Page 387 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Pero entonces se me ocurrió —dijo—. Dale
algo de giro y la bomba botará en el agua;
uno puede deducir las leyes del rebote con
un poco de experimentación y conseguir
bastante precisión... ¿Les he contado mis
experimentos caseros con las canicas de mi
hija?
»La mina se acerca rebotando hasta la base
de la Bóveda, y luego se desplaza por su
cara, bajo el agua, hasta que alcanza la
profundidad deseada... Y ya está. ¡Un blanco
perfecto! —Sonrió, y con su pelo blanco y las
gafas desiguales parecía un anciano familiar.
Moses se acercó aún más a la imagen
imprecisa.
—Pero esta bomba parece que va a fallar... Su
rebote la dejará con seguridad sin... ah.
Ahora un hálito de humo, blanco brillante
incluso en la pobre imagen, salió de la parte
de atrás de la rota‐mina. La bomba saltó so‐
bre el agua como si estuviese revigorizada.
Wallis sonrió.
—Esos alemanes, los acabas admirando. Ni
siquiera yo había pensado en ese pequeño
toque...
La rota‐mina, con el motor todavía
encendido, pasó bajo la curva de la Bóveda y
desapareció de la imagen. Luego la imagen
tembló y la pantalla se llenó de luz azul
informe.
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