Page 622 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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arañazos bastante evidentes. Y la nueva bola
estaba igualmente marcada.
La recién llegada golpeó la bola estacionaria
con un golpe sólido; la nueva bola se detuvo
por el impacto y mi bola corrió por la mesa.
—¿Sabes? —le dije a Nebogipfel—, si no
supiese la verdad, juraría que esa bola, la que
acaba de salir de ninguna parte, es la misma
que la primera. —Él se acercó un poco, y le
señalé las marcas características—. ¿Ves eso?
Reconocería esos arañazos en la oscuridad...
Las bolas son idénticas.
—Entonces —dijo el Morlock con calma—,
quizá sean la misma bola.
Ahora mi bola, empujada, chocó con un
borde de la mesa y rebotó; era tal la
geometría no regular de la mesa que ahora
volvía en dirección a la tronera de la que
había salido la segunda bola.
—¿Pero cómo puede ser eso? Es decir,
supongo que una Máquina del Tiempo
podría producir dos copias del mismo objeto
en el mismo lugar, ¡piensa en Moses y yo!,
pero no veo aquí ningún artefacto para viajar
en el tiempo. ¿Y cuál sería el propósito?
La bola original había perdido la mayor
parte de su impulso con los impactos, y
apenas se arrastraba cuando llegó a la
tronera; pero se metió en el agujero y
desapareció.
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