Page 523 - Hijos del dios binario - David B Gil
P. 523

yo. —Y mientras cruzaba la estancia en penumbras,


           señaló  con  un  dedo  oscilante  a  Daniel—.  Aunque


           nuestro amigo no lo aparente, sabe muy bien de lo


           que hablo, ¿no es así, querido Daniel? —preguntó



           mientras buscaba un resorte en la pared.


                  Al  instante,  se  activó  el  mecanismo  que  hacía


           girar  las  contraventanas  y  estas  oscilaron  con  un


           zumbido                 mecánico,                 dando              paso           a        una


           insospechada  vista  sobre  Noailles.  Desde  allí


           arriba, entre el encuadre torcido de las azoteas, la


           mirada alcanzaba a divisar los mástiles del Puerto



           Viejo  meciéndose  contra  el  azul  líquido  del


           mediterráneo.


                  —Pero  ¿qué  clase  de  anfitrión  soy?  Sentaos  y


           charlemos —les ofreció, aproximándose a una mesa


           desvencijada, ubicada en el rincón que parecía ser


           la cocina—. ¿A qué debo vuestra visita?


                  Alicia  y  Daniel  se  sentaron  frente  a  él,  y  este


           último tomó la palabra:


                  —Has  dicho  que  me  estaban  buscando.  ¿Qué



           querías decir exactamente?


                  —Exactamente  eso  —replicó  el  hombretón—:


           alguien se está tomando muchas molestias para dar


           contigo, y lo que más debe preocuparte es que sabe


           dónde preguntar.


                  El  prospector  asintió  con  gravedad.  Ya  era




                                                                                                            523
   518   519   520   521   522   523   524   525   526   527   528