Page 555 - Hijos del dios binario - David B Gil
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desconfianza, eso supone aplicar los parámetros
del mundo normal a esta vida extraña... No, eso no
funciona aquí. Creo que lo que usted quiere saber,
más bien, es si puede considerar a Daniel Adelbert
un buen hombre.
—¿Cree que lo es? —preguntó ella, levantando
la vista del plato.
—¿Importa? Creí que estaban juntos por
negocios.
Ella meditó un instante sobre ello y, antes de
llevarse un trozo de pan a la boca, proclamó:
—En los negocios también es importante saber
si estás tratando con una buena persona o con un
hijo de puta.
—En eso se equivoca. En los negocios hay que
comportarse siempre como si todos los que te
rodean fueran unos hijos de puta. Le daré un
consejo, Alicia: en los próximos días no confíe en la
buena voluntad de nadie, es lo mejor que puede
hacer.
Le parecieron palabras bastante sensatas. Lo
cierto es que sus dudas no respondían a un sentido
práctico, sino a la necesidad de convencerse de que
no estaba sola en todo aquello. Pero lo estaba.
—No obstante, responderé a su pregunta —
prosiguió su interlocutor e, inclinándose hacia ella,
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