Page 711 - Hijos del dios binario - David B Gil
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dónde estaban instaladas las videocámaras. Gracias
a sus minuciosas notas creía haber identificado tres
ángulos ciegos, lo que constituía casi un milagro
dada la especial abundancia de medidas de
vigilancia en aquel nivel: pese a estar abandonado
concentraba casi el doble de ojos rojos que otras
partes del colegio. Ese contrasentido, unido a la
presencia de una misteriosa puerta blindada, había
convencido al joven observador de que allí se
encontraba lo que estaban buscando. Y sobre esa
convicción se sustentaba todo el plan de aquella
noche.
Fue Eugene, por tanto, el que guio los pasos de
Nicholas, indicándole cuándo había que agacharse
o dónde debía caminar pegado a las paredes,
avanzando siempre lo más lejos posible de la
penetrante mirada de los ojos sin párpados, como
sombras esquivas en los límites del campo visual.
Hasta que llegaron a un hueco lateral que daba
acceso a dos cuartos de baño cerrados con llave.
—Aquí estaremos a salvo —informó Eugene,
mientras dejaba caer la espalda contra la pared.
—Puede que nos hayan visto.
—No nos han visto.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?
Eugene miró a su amigo con expresión de
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