Page 716 - Hijos del dios binario - David B Gil
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dócilmente.
El muchacho permaneció asomado, a la espera
de que algo sucediera. Al cabo de unos segundos,
el cierre electrónico giró, los pesados goznes
batieron y la espesa plancha de acero que aislaba la
cámara terminó por abrirse. El vigilante se
aventuró un único paso y escrutó el corredor con
una mano sobre la puerta, hasta que reparó en la
bola de billar a sus pies. Se inclinó para recogerla,
le dio un par de vueltas entre los dedos, extrañado,
y volvió a levantar la vista hacia la larga negrura.
Era obvio que debía investigar aquel misterio, así
que encendió la linterna y comenzó a avanzar. En
ese momento, Eugene se apartó de la esquina y
permaneció con la espalda pegada a la pared, su
pecho agitado por una inoportuna taquicardia.
Pero no podía retirarse aún, debía asegurarse
de que Nicholas se deslizaba por la puerta que
aquel hombre había dejado abierta, así que contó
los pasos en el pasillo mientras veía el haz de luz
balanceándose contra la pared frente a él, cada vez
más cerca. Hasta que la luz se desvió. Fue entonces
cuando se atrevió a mirar de nuevo, y lo hizo
asomándose tan de soslayo que apenas se veía uno
de sus ojos acechando tras la esquina. Lo suficiente
para ver cómo el guardia se detenía junto a la
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