Page 821 - Hijos del dios binario - David B Gil
P. 821

—Quería sentirse redimido, pero sin exponerse


           —dijo ella, simplificando su explicación—. Quería


           que fuera otro el que expiara sus pecados.


                  El  científico  abrió  la  boca,  quizás  sorprendido



           por tanta dureza, pero fue incapaz de contradecirla.


                  —Esto  saldrá  a  la  luz,  doctor  Logan,  y  usted


           estará en el centro del huracán.


                  Él asintió quedamente.


                  —Haga lo que deba.


                  —No  le  quepa  la  menor  duda,  y  ahora


           escúcheme bien: en este tren hay hombres que no le



           dejarán abandonarlo sin más. Son los mismos que


           han comprado todas las plazas de este vagón para


           permitirnos mantener esta conversación a solas.


                  —Dijo  que  no  trabajaba  para  nadie  —le


           reprochó él.


                  —Y  no  lo  hago,  pero  si  cree  que  una  simple


           periodista ha sido capaz de burlar a todo el aparato


           de Fenris, es que no tiene ni idea de cómo funciona


           el mundo fuera de un laboratorio. Cuando el tren



           llegue  a  destino,  le  trasladarán  al  aeropuerto  de


           George y un avión propiedad de Kenzõ Inamura lo


           sacará de Sudáfrica. Usted y yo mantendremos una


           larga  entrevista  a  bordo  en  la  que  me  explicará


           pormenorizadamente  cada  paso  del  proyecto,


           cómo  era  su  comunicación  con  Rosesthein,  los




                                                                                                            821
   816   817   818   819   820   821   822   823   824   825   826