Page 826 - Hijos del dios binario - David B Gil
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El viejo suspiró y se ciñó un poco más el abrigo


           polar.


                  —Kenzõ, yo no tengo hijos —dijo con calma—.


           A  los  cuarenta  años  comprendí  que  nunca  los



           tendría. Es algo que siempre envidié de tu padre,


           entendía  la  importancia  de  los  lazos  familiares,


           supo  educarte  para  perpetuar  su  legado.  Yo,  sin


           embargo,  ¿en  manos  de  quién  dejaré  la  obra  de


           toda  mi  vida?  ¿De  un  consejo  de  administración


           corto  de  miras?  ¿O  he  de  matar  lo  que  he  creado


           con mis propias manos, disgregar mis empresas y



           dejar  que  las  devoren  los  mercados?  Seguro  que


           muchos dormiríais mejor si lo hiciera —gruñó con


           una  sonrisa—.  No,  me  propuse  algo  más


           ambicioso. Tenía derecho a ello.


                  Inamura atisbó en las palabras del anciano un


           cierto  anhelo,  quizás  la  necesidad  de  ser


           comprendido.  Pero  era  algo  que  no  pensaba


           concederle.


                  —Donde tú ves ambición, yo solo veo la locura



           de  alguien  que  ha  perdido  la  perspectiva  de  la


           realidad.


                  —Al  contrario,  Kenzõ,  la  realidad  siempre  ha


           estado clara para mí, por eso me propuse cambiarla


           de  una  vez  por  todas.  ¿O  es  que  acaso  tú  no  ves


           cómo  los  viejos  núcleos  de  poder  insisten  una  y




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