Page 848 - Hijos del dios binario - David B Gil
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intentando reiniciar cuanto antes las clases. La
rutina les facilita la adaptación y mantiene sus
mentes ocupadas.
—Ajá. ¿Y no creen que esto se parece
demasiado a su anterior residencia? —preguntó
Denga, observando la explanada ajardinada por la
que avanzaban.
—Necesitábamos un entorno cerrado y
controlado —intervino Berenger—. Puede que no
nos gustara lo que hacía la gente de St. Martha,
pero hay que reconocer que lo hacían bien. —Y sin
levantar la vista del suelo, añadió—: ¿Qué sabemos
de los otros tres centros conductuales? ¿Cuándo
podré empezar a trabajar con el resto de los
sujetos?
—Nuestros abogados están intentando hacerse
con su custodia —respondió Denga—, pero no será
sencillo. Aquí pudimos llegar a un acuerdo de
colaboración con el gobierno, convencerlos de que
los servicios sociales no estaban capacitados para
atender a estos niños, pero no todos los Estados son
tan receptivos como el Reino Unido. Será inevitable
que algunos de ellos pasen al sistema de acogida de
menores.
—Sería un grave error —sentenció Berenger.
Denga guardó silencio ante el comentario y
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