Page 852 - Hijos del dios binario - David B Gil
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—Pase,  hemos  programado  una  sesión  para


           esta hora. Queríamos que pudiera verlo por usted


           mismo.


                  Los  tres  hombres  pasaron  a  una  estancia



           silenciosa  y  en  penumbras  en  la  que  solo  se


           escuchaba el rumor de la ventilación artificial. En el


           interior había dos butacones posicionados frente a


           un  gran  ventanal.  Y  al  otro  lado  del  cristal,  una


           extraña sala con una mesa y una silla. Y en la silla,


           un chico menudo de sonrisa inquietante. Una voz


           femenina enunciaba con serenidad:



                  «Durante varias noches sueñas que eres un lobo


           que  vaga  en  solitario  por  el  bosque.  Ante  lo


           recurrente  de  la  imagen,  decides  hacer  un  dibujo


           que exprese ese sueño. ¿Cómo es ese dibujo? ¿Se lo


           enseñarías a tus amigos?».


                  Las  paredes  de  la sala  oscilaron hasta mostrar


           un  paisaje  boscoso  bajo  una  noche  estrellada.  El


           chico se limitó a observar a través del cristal, como


           si  de  algún  modo  supiera  que  había  alguien



           extraño al otro lado.


                  —Nunca  responde  a  las  preguntas,  es  un


           absoluto  misterio  cómo  funciona  su  mente  —dijo


           David  Ancel,  que  observaba  la  escena  junto a  sus


           dos  acompañantes—.  Nos  parecía  un  caso


           complicado  antes  incluso  de  recibir  los  datos  de




                                                                                                            852
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